FINAL NOCHE DE LOS FEOS

FINAL NOCHE DE LOS FEOS 

“Lloramos hasta el alba. Desgraciados, felices. Luego me levante y descorrí la cortina doble.”

Al entrar el rayo de sol y iluminar el sentimiento que estaba naciendo, despertó esa mujer a la que en ese momento sentía  mi mitad de felicidad por haberme regalado la mejor noche de mi vida. Tímida y confundida se mostro por haberle hecho caso al deseo.

No sabíamos cómo actuar ni que decir, dentro de mí, me preguntaba si acaso era un sueño una pesadilla.

De pronto ella conecto sus mirada con la mía, fue un instante mágico tal vez se proyectaba una mezcla de sentimientos pero el más notable era el resentimiento de no ponernos comportar como dos seres humanos del común, dos apasionados afligidos por distintas circunstancias de la vida, que al aparecer habían encontrado su “alma gemela” pero yo no tenía claro que pasaría en ese instante ni el futuro.

Decido hablar y romper el silencio, me sentía más nervioso que esa noche en el cine, la mire y le pregunte si acaso ella tenía alguna respuesta para ese remolino de sentimientos.

Ella me respondió que cuando la vida nos presenta mil razones para llorar hay que demostrarle que existen mil y una razones para vivir, esas palabras entraron directo a mi corazón haciéndome un cuestionamiento si esa mujer era capaz de combatir con el desprecio por ella misma para algún día encontrar la felicidad porque yo no  podría. Entendí que vivimos ausente del único momento que podemos usar y vivir plenamente “el presente”.

Entre carisias y besos ella me trasmitió que quería ser feliz al lado de un ser que acaba de conocer pero al cual ella sentía como si hubiese compartido toda una vida.

Por muchas noche lloramos hasta el alba, esta veces de felicidad, sin importarnos los prejuicios que estaban afuera de ese oscuro cuarto. Así trascurrió una década de pasiones y de amores, no hubieron frutos de ese amor supongo que Dios no quiso un tercer fenómeno.

El día más triste de mi vida, fue cuando aquella mujer con la que había compartido mis últimos 10 años de vida, la mujer menos agraciada para lo demás, pero que con mis feos ojos la veía como la más hermosa de todas; si, esa mujer la que me enseño a vivir con este rencor pero que nunca fue más grande que el amor y la felicidad; Se fue de mi lado, se ha ido a reclamarle a Dios porque no cruzo nuestras vidas antes; en mi corazón quedo una oscura tristeza y la cual está acabando con mi vida. Yo quisiera volver a llorar junto a ella y correr nuevamente la cortina, amanecer a su lado; quisiera tener una noche más junto a esa luz que proyectaba ella hacia mi corazón. ¡Se ha marchado mi razón de vivir!